sábado, septiembre 06, 2008

Un día en el Dibós


No suelo ir a los estadios. No es poque no me guste el deporte, sino por que lo considero lugares pocos seguros. Prefiero ve los partidos por televisión con los amigos, con la familia o sólo, dependiendo de la importancia. Tengo una sola bandera para estos eventos. La Peruana. Aunque esto me haya ocasionado más desilusiones y dolores de cabeza. Sobre todo cuando juega la selección de futbol. En voley sin embargo hemos tenido muchisima más suerte, Aunque “suerte” no sería un palabra con las que le gustaría que calificaramos, a nuestras ex subcampeonas olimpicas, el enorme esfuerzo individual y colectivo que los llevó s poner a un país tercenmundista en el ojo de todo el mundo. Sin embargo; si lo vemos por el lado del apoyo estatal si que fue una verdadera suerte que sobresalieramos en este deporte.
Sin embargo nunca me tome la molestía de asistir al coliseo Amauta en pocas pasadas y al coliseo Dibos en tiempos más presentes. Hasta el día de hoy que con algunos amigos fuímos haber a la selección de menores disputar un vibrante partido contra la selección Argentina. Al principio las peruanas se impresionaron por el biotipo de las argentinas, más altas y con una potencia muscular muy superior a las nuestras. El nerviosismo se apoderó de nuestras chicas por varios minutos, que significaron algunos puntos en contra. No lo podía creer. No quería salir del coliseo viendo una derrota más. Sin embargo la potencia y la fuerza no lo es todo para que un equipo logre resultados satisfactorios. También está la técnica , las jugadas elaboradas, la mano del técnico, el talento individual y claro el apoyo del público que a coliseo lleno no dejo de alentar a las seleccionadas. Yo también me contagie del entusiasmo y a los 15 minutos, deje el saco , la corbata y me puse a gritar como todos los demás. El resultado : un contundente 3 – 0. Podía leer en las argentinas la sorpresa y la resignación.
A la salida del coliseo una llovizna y un mensaje en el celular se disponían aplacar mi alegria por esta victoria. La llovizna no lo logró, pero si el mensaje en el celular que me anunciaba una derrota sentimental.
Al día siguiente me dio mucha pena que los diarios le dedicaran tan pocos espacios a tan electrizante encuentro. Esa no fue cualquier victoria. Ni siquiera los blog más representantivos se ocuparon del tema. No tenían por que hacerlo, claro está. Pero me dio mucha pena que no lo hicieran.

2 comentarios:

Rocío Colca Almonacid dijo...

interesante....y una làstima por lo del mensaje al celular....sòlo espero sea tal cual una lluvia de invierno...pasajera y nada memorable.

Anónimo dijo...

Ya quita lo del celular.